Recordemos la máxima de Pirrón, el mayor representante del movimiento escéptico del siglo III antes de Cristo: ya que no hay nada seguro (ni siquiera esto mismo es seguro, como afirmó Arcesilao, otro escéptico del período), y ya que, por tanto, toda teoría es probablemente falsa, lo más inteligente es seguir las convenciones de moda de la época.
De igual manera, el movimiento escéptico actual habrá que mirarlo desde ese punto de vista ambivalente: si bien sirve de revulsivo en la comunidad científica y de aliciente para la reflexión, también puede tener un efecto negativo en el desarrollo científico (por su pesimismo) y, por ende, cultural de nuestro tiempo.
... y finalmente, si no hay nada seguro y cualquier hipótesis es válida, ¿qué más da publicar un resultado correcto que uno incorrecto, una aberración reproducible que una irreproducible, o un experimento real que uno imaginario? Esto es lo que podríamos definir como las raíces filosóficas de la parálisis del progreso científico y la victoria de la superstición y del auge de la deshonestidad, mala conducta y fraude científicos.
Pero, aunque la subjetividad en el desarrollo de las teorías científicas es inevitable, siendo más acusada en aquéllas disciplinas cuyas bases experimentadas son menos sólidas y, por tanto, el componente teórico y filosófico más pronunciado; aunque desde cierto punto de vista continuemos tan ignorantes hoy día sobre la naturaleza de la realidad como los griegos del siglo de Pericles; aunque sigamos en el dilema original de la especulación filosófica y no podamos decidirnos entre el "lo que es, es, y lo que no es, no es" de Parménides, y el "lo que es y lo que no es, es" de Leucipo; aunque queden todavía tantos enigmas en la naturaleza, quizá el mayor de todos el que podamos darnos cuenta de ello; aun con esta enumeración de nuestras limitaciones tanto colectivas como individuales, ¿cómo se pueden tomar en serio las dudas filosóficas de esta epistemología relativista, de este agnosticimo escéptico y nihilista, sobre la existencia de una realidad exterior al observador?
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