Y diría más. Diría que ésta es la más europea de las reacciones posibles . Eso de responder a un problema utilizando el mismo lenguaje del problema, compitiendo en el mismo terreno y con las mismas armas o mercancías, es una vulgaridad propia de norteamericanos y japoneses. Lo nuestro es más sofisticado. Lo verdaderamente europeo cuando tenemos un problema es nombrar una comisión encargada de su estudio. Y ya se sabe que quien nombra una comisión nombra cientos de subcomités, cada uno de los cuales acaba redactando un memorandum que, a su vez, recomienda la creación de una comisión interministerial con vistas a organizar un simposio o escribir un libro blanco, o, en el mejor de los casos, ambas soluciones. Y lo extraordinario es que aquí desaparece el problema. No es magia. Existe una ley que lo explica científicamente. La llamada ley HENDRICKSON: "Si celebras suficientes reuniones durante un periodo de tiempo suficientemente largo, las reuniones acabarán siendo más importantes que los problemas que trataban de resolver".
01/02/1988